Por eso, esa decisión va a condicionar la composición de tu mochila, que ha de ser lo más ligera.
Además de las botas de rigor, debes incluir también zapatillas deportivas y chanclas para los momentos de descanso entre etapa y etapa.
Un par de pantalones, un par de camisetas y un par de sudaderas serán suficientes.
De este modo, se puede evitar las siempre incómodas rozaduras y ampollas.
Viseras, gorras u otros complementos que eviten quemaduras y el malestar generalizado que puede provocar una insolación.
O bebidas isotónicas para hidratarte con frecuencia durante tu recorrido, con independencia del tiempo que te acompañe.
Con tiritas, apósitos de gelatina, pinzas, agujas hipodérmicas, mercromina, analgésicos, antiinflamatorios y cualquier otro producto médico que, por tu situación, puedas llegar a necesitar.
Durante tu recorrido puedes necesitarlo para cualquier urgencia pero, sobre todo, para fotografiar todos los rincones que irás atravesando y que te dejarán sin palabras.